Por Khaled Abu Toameh, www.hudson-ny.org
20 de julio, 2010
¿Cuándo fue la última vez que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió para condenar a un gobierno árabe por su maltrato hacia los palestinos?
¿Cómo es que, grupos e individuos que se autodenominan “pro-palestinos” llegan a los campus universitarios, en EEUU y Canadá, y permanecen en silencio cuando Jordania revoca la ciudadanía a miles de palestinos?
La apremiante situación de los palestinos que viven en países árabes en general, y en Líbano en particular, es siempre ignorada por la opinión dominante de la prensa en Occidente. ¿Cómo es que ignoran el hecho que Egipto, Siria, Líbano, Jordania y muchos países árabes más continúan imponiendo severas restricciones a los viajes de palestinos?
¿Y dónde se ubican esos grupos e individuos respecto al actual debate libanés sobre si otorgar, a los palestinos, los derechos básicos negados durante largo tiempo, incluyendo empleo, seguridad social y asistencia médica?
¿O acaso no escucharon sobre este debate? Es probable que no ya que el caso no atrajo la atención de la mayoría de los comentaristas y corresponsales de Medio Oriente. Una historia de noticias de palestinos, que no incluyan un ángulo anti-Israel, raramente se ubica en las planas de los periódicos occidentales.
La demolición de un edificio ilegal- de propiedad árabe- en Jerusalén es, para la mayoría de los corresponsales, más importante que cientos de miles de palestinos en Líbano continúen sufriendo por una serie de restricciones humillantes.
No solo a los palestinos que viven en Líbano les fue negado el derecho a la propiedad sino que, además, no califican para el cuidado de la salud y le es prohibido, por ley, trabajar en una cantidad de empleos.
¿Puede alguien imaginar lo que hubiera sido la reacción en la comunidad internacional si, mañana, Israel aprobara una ley que prohíbe a sus ciudadanos árabes trabajar como taxistas, periodistas, médicos, cocineros, mozos, ingenieros y abogados? ¿O si el Ministerio de Educación de Israel implementara una directiva que vedase a los niños árabes enrolarse en universidades y escuelas?
Pero ¿quién dijo que las autoridades libanesas no hicieron nada para “mejorar” la situación? De hecho, los palestinos - que viven en ese país - deberían estar agradecidos al gobierno libanés. Hasta 2005, la ley prohibió a los palestinos trabajar en 72 profesiones. Ahora, la lista de empleos se ha reducido a 50. Aun, a los palestinos no les está autorizado trabajar como médicos, periodistas, farmacéuticos o abogados en Líbano.
Para un palestino, irónicamente, es mucho más fácil adquirir la ciudadanía americana y canadiense que un pasaporte de un país árabe. En el pasado, los palestinos -que vivían en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza- eran incluso autorizados a recibir la ciudadanía israelí si se casaban con un ciudadano israelí, o se reencontraban con sus familias dentro del país.
Ahora, los políticos libaneses están debatiendo la nueva legislación que pudiera otorgar “derechos civiles” a los palestinos, por primera vez en 62 años. El nuevo proyecto de ley incluye el derecho a la propiedad privada, a pagas por seguridad social y asistencia de salud. Se dice que muchos libaneses se oponen a la legislación por miedo a que pudiera allanar el camino a la integración de los palestinos dentro de su sociedad y pudieran constituir una carga para la economía.
El acalorado debate provocó que el parlamento pospusiera un voto del proyecto hasta el próximo mes.
Nadim Khoury, director del Human Rights Watch en Beirut dijo: “Líbano colocó al margen a los refugiados palestinos durante demasiado tiempo y, el parlamento, debería aprovechar esta oportunidad para dar vuelta la página y poner fin a la discriminación contra los palestinos”.
Rami Khouri, destacado periodista libanés, escribió en The Daily Star que “todos los países árabes maltratan a millones de trabajadores extranjeros árabes, asiáticos y africanos, que siempre son considerados un poco mejor que los esclavos o los trabajadores contratados... El maltrato, las pésimas condiciones de vida y el trabajo limitado, la seguridad social y los derechos a la propiedad de los palestinos (en Líbano) son una persistente mancha negra moral”.
Los periodistas extranjeros justifican, siempre, su fracaso a informar sobre el sufrimiento de palestinos en el mundo árabe citando las “preocupaciones de seguridad” y la dificultad en obtener una visa de ingreso a un país árabe. Pero esas son excusas débiles e inaceptables, dado el hecho que, la mayoría, aun pueden escribir acerca de estas cuestiones desde sus seguros despachos y hogares en Nueva York, Londres y Paris. ¿No es acaso lo que casi todos hacen cuando escribe acerca de la situación en la Margen Occidental y la Franja de Gaza?
Artículo original (inglés): Palestinians in the Arab World: Why the Silence?
Artículo traducido, enviado por: Embajada de Israel en Argentina
Imagen: AlHurriya
¿O acaso no escucharon sobre este debate? Es probable que no ya que el caso no atrajo la atención de la mayoría de los comentaristas y corresponsales de Medio Oriente. Una historia de noticias de palestinos, que no incluyan un ángulo anti-Israel, raramente se ubica en las planas de los periódicos occidentales.
La demolición de un edificio ilegal- de propiedad árabe- en Jerusalén es, para la mayoría de los corresponsales, más importante que cientos de miles de palestinos en Líbano continúen sufriendo por una serie de restricciones humillantes.
No solo a los palestinos que viven en Líbano les fue negado el derecho a la propiedad sino que, además, no califican para el cuidado de la salud y le es prohibido, por ley, trabajar en una cantidad de empleos.
¿Puede alguien imaginar lo que hubiera sido la reacción en la comunidad internacional si, mañana, Israel aprobara una ley que prohíbe a sus ciudadanos árabes trabajar como taxistas, periodistas, médicos, cocineros, mozos, ingenieros y abogados? ¿O si el Ministerio de Educación de Israel implementara una directiva que vedase a los niños árabes enrolarse en universidades y escuelas?
Pero ¿quién dijo que las autoridades libanesas no hicieron nada para “mejorar” la situación? De hecho, los palestinos - que viven en ese país - deberían estar agradecidos al gobierno libanés. Hasta 2005, la ley prohibió a los palestinos trabajar en 72 profesiones. Ahora, la lista de empleos se ha reducido a 50. Aun, a los palestinos no les está autorizado trabajar como médicos, periodistas, farmacéuticos o abogados en Líbano.
Para un palestino, irónicamente, es mucho más fácil adquirir la ciudadanía americana y canadiense que un pasaporte de un país árabe. En el pasado, los palestinos -que vivían en la Margen Occidental y en la Franja de Gaza- eran incluso autorizados a recibir la ciudadanía israelí si se casaban con un ciudadano israelí, o se reencontraban con sus familias dentro del país.
Ahora, los políticos libaneses están debatiendo la nueva legislación que pudiera otorgar “derechos civiles” a los palestinos, por primera vez en 62 años. El nuevo proyecto de ley incluye el derecho a la propiedad privada, a pagas por seguridad social y asistencia de salud. Se dice que muchos libaneses se oponen a la legislación por miedo a que pudiera allanar el camino a la integración de los palestinos dentro de su sociedad y pudieran constituir una carga para la economía.
El acalorado debate provocó que el parlamento pospusiera un voto del proyecto hasta el próximo mes.
Nadim Khoury, director del Human Rights Watch en Beirut dijo: “Líbano colocó al margen a los refugiados palestinos durante demasiado tiempo y, el parlamento, debería aprovechar esta oportunidad para dar vuelta la página y poner fin a la discriminación contra los palestinos”.
Rami Khouri, destacado periodista libanés, escribió en The Daily Star que “todos los países árabes maltratan a millones de trabajadores extranjeros árabes, asiáticos y africanos, que siempre son considerados un poco mejor que los esclavos o los trabajadores contratados... El maltrato, las pésimas condiciones de vida y el trabajo limitado, la seguridad social y los derechos a la propiedad de los palestinos (en Líbano) son una persistente mancha negra moral”.
Los periodistas extranjeros justifican, siempre, su fracaso a informar sobre el sufrimiento de palestinos en el mundo árabe citando las “preocupaciones de seguridad” y la dificultad en obtener una visa de ingreso a un país árabe. Pero esas son excusas débiles e inaceptables, dado el hecho que, la mayoría, aun pueden escribir acerca de estas cuestiones desde sus seguros despachos y hogares en Nueva York, Londres y Paris. ¿No es acaso lo que casi todos hacen cuando escribe acerca de la situación en la Margen Occidental y la Franja de Gaza?
Artículo original (inglés): Palestinians in the Arab World: Why the Silence?
Artículo traducido, enviado por: Embajada de Israel en Argentina
Imagen: AlHurriya
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