jueves, diciembre 09, 2010

Reconocimiento de un Estado palestino: Prematuro legalmente inválido y degradante de todo Proceso de Negociación de buena­ fe. (por Alan Baker)

Como saben, hace algunos días, la Argentina se unió a Brasil, al reconocer a Palestina como Estado Libre con las fronteras de 1967, previas a la Guerra de los Seis Dias.

Esto no es más que una busqueda de votos o de protagonismo, ya que Argentina nunca estuvo involucrada directamente en ningún proceso de paz para solucionar el conflicto de Medio Oriente.

Reconocer a un Estado que todavía no fue creado es meter palos en la rueda a los diálogos de paz.

¿Por qué en lugar de hacer anuncios que no sirven para nada, se ponen a laburar y a dar una mano para llegar a una solución pacífica?

Pero bueno, basta de catarsis personal. Les dejo un documento de Alan Baker Director del Instituto de Asuntos Contemporáneos en el Jerusalém Center for Public Affairs, ex Asesor Legal del Ministerio de RREE de Israel y ex Embajador de Israel en Canadá. Es socio de la firma legal Moshe, Bloomfield, Kobu, Baker & Co. Participó en la negociación y la redacción del borrador de varios acuerdos incluidos en los Acuerdos de Oslo.



9 de diciembre, 2010
Reconocimiento de un Estado palestino - Prematuro, legalmente inválido y degradante de todo Proceso de Negociación de buena­ fe.
Por Alan Baker
  • Los actos de reconocimiento de un Estado palestino en las fronteras de1967 por parte de Brasil, Argentina y posiblemente otros Estados latinoamericanos no tiene otra significación más que una expresión de opinión política.
  • Esos actos de reconocimiento contradicen las declaraciones, por parte de Brasil y Argentina, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de 1967, a favor de fronteras libremente negociadas entre las partes y un proceso de negociación de paz auspiciado internacionalmente, tal como lo establece la Resolución 242.
  • Los incesantes esfuerzos entre los Estados, llevados a cabo por el liderazgo de la AP para obtener reconocimiento unilateral de un Estado dentro de las fronteras de 1967 y, por tanto, evitar el proceso de negociación aceptado, va contra sus compromisos en sus acuerdos con Israel, tal como testimoniaron y garantizaron miembros de la comunidad internacional
  • Las hostiles acciones y declaraciones del liderazgo palestino carecen de buena fe y perjudican cualquier ámbito de negociación razonable entre las partes, orientado a establecer relaciones pacíficas y son indicativo de una falta total de voluntad genuina de alcanzar un acuerdo pacífico.
Las declaraciones informadas de un reconocimiento formal por parte de Brasil, Argentina, Uruguay y, posiblemente, otros Estados latinoamericanos de un “Estado palestino libre e independiente dentro de las fronteras de 1967” hacen surgir cuestiones significativas , tanto políticas como legales en la relación política bilateral entre Israel y esos Estados, y entre Israel y la AP.

El reconocimiento de una entidad política como Estado no crea un Estado en y por sí mismo ya que, tal reconocimiento, no conlleva un significado definitivo ni sustancial en la creación de un Estado. A lo sumo, es indicativo de puntos de vista políticos sobre el reconocimiento de Estados.

Por otra parte, el establecimiento de un Estado requiere de una serie de criterios de costumbre y aceptación internacional tal como quedó establecido en la Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de los Estados (1933), en relación a la gestión de gobierno, población permanente, territorio definido y capacidad para entablar relaciones con otros Estados. De hecho, esa convención especificaba, de manera precisa, que “la existencia política de un Estado es independiente del reconocimiento por parte de otros Estados”.

Pero, en el contexto palestino, esos criterios - para el establecimiento del Estado- deben ser leídos en el contexto de resoluciones fundamentales y requisitos, en la medida que tienen que ver con la cuestión del acuerdo en Medio Oriente, así como compromisos específicos - por parte de los palestinos- en varios convenios firmados, durante años, con Israel.

Este factor fue ampliado a continuación de un intento palestino de declarar un Estado (1988), cuando más de 100 Estado dieron su reconocimiento. Pero, con claridad, ese intento palestino unilateral - para dictar una solución a la cuestión Israel-Palestina- fuera del proceso de negociación de paz, aceptado y auspiciado internacionalmente, establecido por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en las Resoluciones 242 (1967) y 338 (1973), nunca fue visto como un factor serio en la solución del tema.

Por tanto, cualquier acto de reconocimiento de un Estado palestino, ya sea por parte de Brasil, Argentina, Uruguay o cualquier otro, no tiene validez alguna más que una suerte de expresión política. Por el contrario- esas declaraciones de reconocimiento contradicen las mismas resoluciones de las que esos Estados son parte, y a los acuerdos que, durante años, refrendaron y sostuvieron.

De manera interesante, el ejemplo presente de la declaración de Brasil de reconocimiento de un Estado palestino dentro de las “fronteras de 1967” contradice la propia declaración de Brasil en el Consejo de Seguridad, durante el curso de su aceptación y apoyo a la Resolución 242, en noviembre de 1967, cuando su representante declaró: Su aceptación no implica que, las fronteras, no puedan ser rectificadas, como resultado de un acuerdo libremente concluido entre los Estados interesados. Mantenemos, en mente, constantemente, que una paz justa y duradera en Medio Oriente necesariamente tiene que estar basada en límites seguros de manera permanente, libremente acordados y negociados por los Estados vecinos. (S/PV. 1382 (OR), 22 de noviembre 1967).

De hecho, una resolución preliminar, presentada ante la Sesión de Emergencia de la Asamblea General de Naciones Unidas, por 18 Estados latinoamericanos (incluyendo a Brasil y Argentina), el 30 de junio de 1967, incluyó un llamado a las partes a ...
poner fin al estado de beligerancia, esforzarse para establecer condiciones de coexistencia basados en la buena vecindad y recurriendo, en todos los casos, a los procedimientos para un acuerdo pacífico, indicados en la Carta de Naciones Unidas. (A/L.523/Rev.1 para 1 (b)).

Por tanto, los principios vitales y primordiales - propugnados por Brasil, Argentina y otros Estado en 1967- aprobando límites acordados libremente, buena vecindad y procedimientos para un acuerdo pacífico conforme a la Carta de Naciones Unidas, parecería haber sido pasado por alto por la reciente decisión de los gobiernos brasilero y argentino, a instancias de los líderes palestinos, para favorecer un dictado unilateral palestino de fronteras, sin acuerdo, en violación de toda noción de “buena vecindad” y socavando los procedimientos de un acuerdo pacífico sancionado por Naciones Unidas.

Sin embargo, mientras Brasil, Argentina y Uruguay bien pueden estar minimizando sus propios principios declarados; el líder de la AP, en un lobby activo para tal reconocimiento mundial, como parte de un objetivo señalado y concertado de alcanzar el reconocimiento de Naciones Unidas para un Estado palestino, declarado unilateralmente, está- de hecho- socavando, por completo, el proceso de negociación de paz y abusando de la buena fe de la comunidad internacional.

Hablando en términos legales, las acciones - por parte de la AP encabezadas por Mahmoud Abbas, y su asesor Sa´eb Erekat- de presión para lograr su objetivo en violación del Acuerdo Interino Palestino-Israelí de 1995, artículo IX, parágrafo 5 (a), de acuerdo al que: … el Consejo (palestino) no tendrá poderes ni responsabilidades en la esfera de las relaciones exteriores, la cual incluye el establecimiento en el exterior de embajadas, consulados u otro tipo de misiones extranjeras y puestos, o permitir su establecimiento en la Margen Occidental o la Franja de Gaza, la designación o admisión de staff diplomático o consultar y el ejercicio de funciones diplomáticas.

No menos importante, el liderazgo palestino está comprometido, en el artículo XXXI, parágrafo 7, a no “iniciar o adoptar ninguna medida que cambie el status de la Margen Occidental y la Franja de Gaza, hasta tanto se produzca el resultado de las negociaciones de status permanente”.

Toda actividad, por parte del liderazgo palestino, incluyendo el lobby con gobiernos extranjeros para alcanzar reconocimiento individual e iniciar resoluciones en organismos de Naciones Unidas, para ocasionar un acuerdo unilateral de un Estado fuera del proceso de negociación, es una seria violación de sus compromisos con respecto a Israel. Es equivalente a pasar por alto el proceso de negociación, aceptado internacionalmente, y a socavar las mismas resoluciones y acuerdos que sirven como base y fundación del proceso de negociación de paz.

Dado que, los acuerdos palestinos con relación a Israel fueron testimoniados y garantizados por elementos centrales de la comunidad internacional (incluyendo a EEUU, Naciones Unidas, Unión Europea, Rusia, Egipto y Jordania), y aprobados por la mayoría de otros Estados (incluyendo Brasil y Argentina), claramente determinan que, las actividades de defensa de intereses palestinos deben ser condenadas y no fomentadas. Ese problema se convierte, incluso, en más complejo en el contexto de los continuos y coordinados esfuerzos, por parte del liderazgo palestino, de bloquear cualquier progreso en el proceso de negociación, a través de su engañosa demanda que, Israel, congelara toda la actividad de asentamientos (exigencia que, en absoluto, no se sustenta en acuerdos entre Israel y los palestinos).

Además de lo expuesto, parecería que el líder palestino está, por decisión propia, socavando y perjudicando todo ámbito de negociación o buena fe entre las partes a través de una serie de acciones ofensivas tales como:
  • Declaraciones hostiles de sus principales negociadores, tanto respecto de la población palestina interna como a la comunidad internacional
  • Abierto estímulo e inicio de procedimientos legales en cortes internacionales y nacionales extranjeras contra líderes y representantes israelíes, y otras actividades en Estados extranjeros destinadas a minimizar el status de Israel.
  • Intentos de utilizar (y abusar) la comunidad internacional para cuestionar la herencia nacional e histórica del pueblo judío.
  • Incitación oficial diaria en escuelas, universidades y en la prensa palestina.
Claramente esa actividad, abierta y oficial – e, inclusive, orgullosamente auspiciada y financiada por el líder de la AP, Mahmoud Abbas, y el jefe de la división de negociación de la Autoridad, Sa´eb Erekat - además de su mal gusto inherente y obvio, es incompatible con cualquier ámbito de negociación.

Cabria la pregunta: ¿cómo el liderazgo palestino espera infundir confianza en el gobierno israelí y el público mientras, al mismo tiempo, se compromete en una política de calumniar a Israel y a sus líderes, buscando deslegitimarlo, socavando el proceso de negociación acordado, que apunta a alcanzar la paz entre los dos pueblos?


El Embajador Alan Baker, Director del Instituto de Asuntos Contemporáneos en el Jerusalén Center for Public Affairs, es ex Asesor Legal del Ministerio de RREE de Israel y ex Embajador de Israel en Canadá. Es socio de la firma legal Moshe, Bloomfield, Kobu, Baker & Co. Participó en la negociación y la redacción del borrador de varios acuerdos incluidos en los Acuerdos de Oslo.


Fuente: Embajada de Israel en Argentina

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