Por Dieguito L. (16 años)
Una vez mas la tradición judía nos presenta una festividad, con una historia sencilla, fácil de transmitir, pero repleta de valores complejos y profundos.
Como toda historia o leyenda perteneciente al canon judío los héroes presentados son personajes humanos corrientes con sus aciertos y errores. Ya encontramos un primer valor. Para actuar con corrección, ayudar a un amigo, o salvar al pueblo judío no hace falta tener súper poderes o un don especial entregado por el Señor, solo se debe actuar con sensatez y solidaridad. Tal vez este valor suene universal y obvio, porque en la argentina vivimos en una aparente tranquilidad. Si nos ponemos a reflexionar y hacemos un poquito de memoria podemos darnos cuenta de la importancia de este valor.
Durante la época del nazismo en Alemania, solo el 10 % de los alemanes pertenecían al partido. Es correcto preguntarse: ¿Qué paso con el resto de la población? 90 % de la población Alemana, no hizo nada para oponerse al terrible régimen. En estos casos tan extremos, si no estas en contra, es porque estas a favor. "Tengo miedo" "A mi hijo no le transmito los valores para cuidarlo" "¿Qué puedo hacer yo, contra todo el imperio nazi?". La completa pasividad, es lo que permitió el holocausto.
Similar, fue lo ocurrido en la última dictadura militar, acá, en Argentina.
Sobre este tema podríamos reflexionar eternamente, pero sigamos adelante con la historia.
Los judíos se encontraban en peligro. Mordechai, sabio y viejo erudito, decidido a actuar, toma cartas en el asunto, asume sus responsabilidades, y recurre a su joven sobrina: Ester.
Si el chancho no tuviese una manzana en la boca, podría pedir ayuda. La manzana puede ser jugosa, pero el pobre ya esta en la bandeja.
No dejemos que sea demasiado tarde, es importante saber pedir ayuda. A veces nuestra convicción por ayudar, nuestro amor propio, o la ambición por un poco de crédito nos hace trabajar individualmente. Personalmente, al final del día prefiero un "lo logramos" que un "por lo menos lo intente".
El próximo valor que nos transmite la historia, nos hace pensar, que tal vez, purim, sea una fiesta actual en toda época. La leyenda transcurre, fuera de Israel, en la diáspora, cuando un líder importante, intenta atacar a los judíos. Entonces se llamaba Aman, después se puso Isabel la católica, luego se cambio el nombre a Adolf Hitler, también fue Nasser y Ahmadinejad.
Aman estuvo presente en todas las épocas. Siempre, un líder promoviendo la persecución del pueblo judío. Muchas veces atacándolo fuera de su propio estado.
Tal vez, yo no haya vivido el nazismo, ni la inquisición, ni la destrucción del templo, ni las guerras del estado de Israel. Pero si viví el atentado a la AMIA y a la embajada de Israel. Nuevamente, la historia de purim se repite.
Así y todo el pueblo judío sobrevive. Y, tal vez, esto sea lo más maravilloso de la historia. Y nos sigue transmitiendo: No es la guerra lo que nos mantiene como pueblo, sino la acción y la solidaridad que transmitimos de generación en generación.
No olvidemos los valores de Purim.
Jag sameaj.
Como toda historia o leyenda perteneciente al canon judío los héroes presentados son personajes humanos corrientes con sus aciertos y errores. Ya encontramos un primer valor. Para actuar con corrección, ayudar a un amigo, o salvar al pueblo judío no hace falta tener súper poderes o un don especial entregado por el Señor, solo se debe actuar con sensatez y solidaridad. Tal vez este valor suene universal y obvio, porque en la argentina vivimos en una aparente tranquilidad. Si nos ponemos a reflexionar y hacemos un poquito de memoria podemos darnos cuenta de la importancia de este valor.
Durante la época del nazismo en Alemania, solo el 10 % de los alemanes pertenecían al partido. Es correcto preguntarse: ¿Qué paso con el resto de la población? 90 % de la población Alemana, no hizo nada para oponerse al terrible régimen. En estos casos tan extremos, si no estas en contra, es porque estas a favor. "Tengo miedo" "A mi hijo no le transmito los valores para cuidarlo" "¿Qué puedo hacer yo, contra todo el imperio nazi?". La completa pasividad, es lo que permitió el holocausto.
Similar, fue lo ocurrido en la última dictadura militar, acá, en Argentina.
Sobre este tema podríamos reflexionar eternamente, pero sigamos adelante con la historia.
Los judíos se encontraban en peligro. Mordechai, sabio y viejo erudito, decidido a actuar, toma cartas en el asunto, asume sus responsabilidades, y recurre a su joven sobrina: Ester.
Si el chancho no tuviese una manzana en la boca, podría pedir ayuda. La manzana puede ser jugosa, pero el pobre ya esta en la bandeja.
No dejemos que sea demasiado tarde, es importante saber pedir ayuda. A veces nuestra convicción por ayudar, nuestro amor propio, o la ambición por un poco de crédito nos hace trabajar individualmente. Personalmente, al final del día prefiero un "lo logramos" que un "por lo menos lo intente".
El próximo valor que nos transmite la historia, nos hace pensar, que tal vez, purim, sea una fiesta actual en toda época. La leyenda transcurre, fuera de Israel, en la diáspora, cuando un líder importante, intenta atacar a los judíos. Entonces se llamaba Aman, después se puso Isabel la católica, luego se cambio el nombre a Adolf Hitler, también fue Nasser y Ahmadinejad.
Aman estuvo presente en todas las épocas. Siempre, un líder promoviendo la persecución del pueblo judío. Muchas veces atacándolo fuera de su propio estado.
Tal vez, yo no haya vivido el nazismo, ni la inquisición, ni la destrucción del templo, ni las guerras del estado de Israel. Pero si viví el atentado a la AMIA y a la embajada de Israel. Nuevamente, la historia de purim se repite.
Así y todo el pueblo judío sobrevive. Y, tal vez, esto sea lo más maravilloso de la historia. Y nos sigue transmitiendo: No es la guerra lo que nos mantiene como pueblo, sino la acción y la solidaridad que transmitimos de generación en generación.
No olvidemos los valores de Purim.
Jag sameaj.
2 comentarios:
ese es mi primo che! aguante el che! ajja
nah posta
ta bueno te felicito
tendría que ahberlo leído antes de planificar ajajja
Muy buen artículo. Muy claro. Felicitaciones
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